Editorial por Sergio Fontana Yusef
Hoy con diferentes métodos, los objetivos y los grupos que quieren acallar a periodistas son los mismos. Hace 25 años el empresario Alfredo Yabrán, ligado al poder político de ese momento (Menemismo), se molestó por una fotografía del reportero gráfico José Luis Cabezas. (Sería redundante hacer un relato de lo sucedido y muy comentado durante años). En esta oportunidad fue el abogado Ernesto Saavedra, quien molesto por una fotografía de Oscar Moreno, sin necesidad de contratar sicarios, haciendo uso del aparato judicial, envía un mensaje a los periodistas que no somos funcionales a los intereses de quienes Saavedra representa. Como podemos ver, hay cosas que aún no cambian y cuando los verdaderos poderosos se sienten molestos no tienen escrúpulos para tratar de callarnos.
En la actualidad, con el uso de la tecnología, con los equipos instalados en las mismas empresas de telefonía celular y demás, cualquier comunicación está registrada y siendo monitoreada casi en el mismo momento. Sin embargo, la denuncia de Saavedra, aduciendo que es el centro de atención de un periodista de raíces Mapuche, moviliza el aparato judicial rionegrino en Bariloche. Esto lleva a que, con solo la denuncia de un abogado que trabaja para preservar los intereses de ricos y poderoso, que ni viven en esta parte del país, se genere una caza de brujas impensada hace pocas semanas atrás.
Sabido es que Saavedra, como sus representados, que pugnan por nuestras bellezas y riquezas naturales, están más que protegidos por fuerzas nacionales y provinciales. Es decir que su integridad física no corre ningún riesgo ni en Mascardi, ni en Bariloche ni en ningún lado.
Entonces, lo que me pregunto y reflexiono es, porque Oscar Moreno?. Porque un periodista de raíces y plena identificación con algunos de los pueblos ancestrales? Cual es la diferencia entre este señor Ernestro Saavedra, que teme que se le tome una fotografía y otros personajes donde, no solo se fotografían sus frentes sino hasta se le mandan cámaras de televisión frente de sus hogares. Sin embargo en caso de estos últimos nunca se interviene desde el aparato judicial.
Sin dudas, está cada vez más claro que hoy el estado (en sus tres poderes) se está ocupando de servir a los poderosos locales y foráneos que disputan nuestro territorio. Mientras tanto somos más los ciudadanos que vemos como nuestras posibilidades de desarrollarnos, en función de nuestro trabajo, se nos recortan.
Por último, el mensaje es claro, cualquier periodista que pretenda exponerlos, sin mediar mayores trámites, por lo menos, será citado e investigado, so escusa de ser parte de un grupo terrorista que atenta contra la seguridad de esos grupos de ricos y poderosos.
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2 respuestas
Muy bueno!!
Correcta la comparativa y lamentable que estemos retrocediendo tanto en nuestras libertades, al punto que ahora ni si quiera se tienen que gastar en contratar sicarios.