Editorial por Sergio Fontana Yusef
Todos los días Presidentes o Presidentas de Juntas o Comisiones de Trabajo Barriales me relatan los reclamos que llevan a los funcionarios públicos. Algunos tienen respuestas positivas, otros no tanto. Sin embargo, lo que más llama la atención es que, hay quienes critican a sus convecinos vecinalistas, los Dirigentes Barriales. Además les reclaman y hasta los exponen públicamente en medios de comunicación. Todo esto ante la falta de respuesta a las necesidades planteadas.
Esto puede ser más o menos conocido. Sin embargo, por más que averiguo cuesta encontrar barrios donde los vecinos arenguen, feliciten o hasta premien a sus dirigentes barriales cuando plasman en logros y concreciones sus gestiones para el mejoramiento del barrio.
Hoy, en las Juntas Vecinales, descansa parte de la labor que debe realizar la organización municipal, y hasta en algunos casos provincial y nacional. Valga como ejemplo una realidad con la que nos podemos encontrar. Propongo que cualquiera haga un recorrido por las plazas de los barrios (sobre todo los mas periféricos). Observen, cuando están en mantenimiento, que se trata de trabajo barrial, mas aun, muchos barrios autofinancian su equipamiento y herramientas. Aun cuando se trate de barrios con un alto índice de cumplimiento en el pago de tasas e impuestos.
Al respecto relato lo contado por una integrante de la Junta Vecinal del barrio 645 Viviendas. Allí el mantenimiento de la plaza se realiza con herramientas de los vecinos, por lo que están preparando una venta de empanadas y pizzas para, con lo recaudado, comprar una motoguadaña.
En muchos casos se reconoce el trabajo filantrópico de los Bomberos Voluntarios. También se reconoce a voluntarias en los hospitales. Lo mismo sucede con quienes tienen comedores comunitarios, y tantas otras personas que integran organizaciones solidarias. Sin embargo, muy pocos reconocen que los dirigentes vecinalistas. Ellos y ellas tampoco cobran sueldos (ni chicos ni grandes). Y como si esto fuera poco hacen uso de sus propios medios para trasladarse, comunicarse, etc y además autofinancian los demás costos que requiera el desarrollo de sus actividades vecinalistas.
Actualmente, con reclamos como el transporte urbano de pasajeros, las quemas y otros problemas en el Vertedero Municipal, así como otros temas que son de público conocimiento, estos vecinos adhonorem, más allá que en las elecciones se los quiera involucrar en algún partido o fuerza electoral generando divisiones entre ellos, más allá de las diferencias personales, que como personas normales poseen, siguen y siguen trabajando por el bien de toda la sociedad a través de sus barrios.
Con esto concluyo, y deseo sea compartido, que no todo está perdido, que tenemos gente que trabaja con mucha capacidad de gestionar, escuchar y hacer de lunes a lunes por sus convecinos sin un fin económico, actos que deberíamos reconocer tanto individual como colectivamente.
Desde mi rol de Director de Bariloche En Redes, un medio cuya misión es conocer e informar la realidad barrial, es que cabe una sola reflexión. A los integrantes de la gran fuerza vecinalista les corresponde la admiración y el mayor de los respetos. Esto es por elegir esta forma de brindarse a la sociedad barrial principalmente y lo comparto con todos los barilochenses.
