Golpes e indiferencia fueron los elementos centrales del relato que presentó Nahuel, un joven residente de Bariloche. Según sostuvo, cuando inició una discusión en una mesa de juego dentro del casino local, fue agredido físicamente mientras las personas que estaban a su alrededor “estaban todos metidos en el juego” y no intervinieron.
Nahuel relató que había llegado temprano y, al sentarse en una mesa de Blackjack, fue increpado por otro jugador.
“Uno de los hombres que estaba al lado mío me empieza a insultar diciéndome que no podía apostar ahí porque estaba reservado”, explicó.
Cuando intentó aclarar que dejaría el lugar si el otro jugador regresaba, la respuesta fue violenta:
“Primero me pegó una piña en la cara. Después me pegó una patada”, aseguró.
El hecho no quedó ahí. Según su relato, otras personas del grupo que acompañaban al agresor también lo atacaron:
“Me atacaron entre todos, adentro del casino. Yo tratando de correr y de utilizar unas mesas de poker vacías para evitar que me agarren entre todos, que fue inevitable”, dijo.
Indiferencia de apostadores y del personal
El joven destacó que la indiferencia fue doble: por un lado, la mayoría de los jugadores siguió apostando sin reaccionar; en cambio, solo un apostador se acercó para detener los golpes, intentando frenar la agresión. Por otro lado, el personal del casino no activó ningún protocolo ni solicitó seguridad adicional, lo que dejó a Nahuel expuesto frente al agresor.
Antecedentes de indiferencia en salas de juego
Existen antecedentes concretos que evidencian esta misma indiferencia. En mayo de 2025, una mujer de 71 años sufrió una descompensación y falleció dentro del Bingo Puerto, en Mar del Plata. Tal como se puede observar en la nota titulada “Murió una mujer en un bingo de Mar del Plata y los apostadores siguieron jugando al lado del cuerpo”, los jugadores continuaron apostando a pocos metros del cadáver, sin que se detuviera la actividad. Esto demuestra que hay antecedentes reales de indiferencia en distintas salas de juego.
Justicia, redes sociales y acceso a las imágenes del casino
Nahuel presentó una denuncia formal ante la policía y está en proceso de buscar un abogado para iniciar acciones legales. Además, exige que la concesionaria del casino facilite a la justicia las grabaciones de las cámaras de seguridad.
“Eso está lleno de cámaras. Lo más importante para mí es conseguir los videos”, insistió.
Según le informaron los encargados del casino, las imágenes podrían borrarse después de siete días. Por eso, solicita que la fiscalía actúe con urgencia.
“Nunca me pasó algo así. …el desinterés del personal en que una persona agreda físicamente a otra y no hagan absolutamente nada, te juro que nunca lo había visto en mi vida”, concluyó.

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