Una pareja en Río Negro, Argentina, ha encontrado una solución innovadora para mantener la estabilidad de sus hijas tras su separación. La frase clave «Innovador Acuerdo familiar» cobra relevancia en este contexto. En lugar de forzar a las niñas a mudarse, los padres han optado por alternarse en el uso de la vivienda familiar. Este enfoque busca asegurar que las hijas conserven su espacio cotidiano y se beneficien de una estabilidad emocional y física.
Innovador acuerdo familiar en Río Negro prioriza el bienestar infantil
El acuerdo familiar en Río Negro fue alcanzado mediante una mediación prejudicial, donde ambos progenitores demostraron una disposición excepcional al diálogo. La decisión de alternarse en el hogar, con cada padre ocupando la casa una semana a la vez, refleja un compromiso con el bienestar de las niñas. Este método, que evita confrontaciones innecesarias, busca mantener el valor simbólico y emocional del hogar compartido.
El esquema implementado es flexible, permitiendo ajustes según las necesidades laborales y académicas de los padres. Esta flexibilidad es crucial para mantener la rutina de las niñas sin interrupciones, garantizando así su estabilidad afectiva. El acuerdo también contempla que la madre pueda visitar a las niñas durante el tiempo que están bajo el cuidado del padre, fortaleciendo el vínculo familiar y evitando rupturas bruscas en la convivencia.
Aspectos económicos y logísticos del acuerdo
El aspecto económico del acuerdo familiar en Río Negro también fue cuidadosamente considerado. Cada progenitor se hace responsable de los gastos del hogar y de los alimentos durante su semana a cargo. Además, el padre ha asumido el compromiso de proporcionar calzado, ropa y leña cuando sea necesario, asegurando que las necesidades comunes se cubran de manera equitativa.
Este enfoque colaborativo fue alcanzado en una única audiencia en un centro de mediación del Poder Judicial de Río Negro, destacándose la predisposición y el respeto mutuo entre los progenitores. Ambos entendieron que la separación no debía significar una pérdida para las niñas, sino una reorganización familiar que prioriza sus necesidades y bienestar. Este caso demuestra cómo la mediación puede facilitar acuerdos beneficiosos para todos los involucrados, especialmente cuando el enfoque está en el bienestar infantil.
