Después de un año sin actividad, el programa de esquí escolar en Bariloche será restituido gracias al reclamo conjunto de docentes, familias y referentes sociales.
El Gobierno de Río Negro confirmó oficialmente el regreso del programa de esquí escolar en Bariloche, suspendido durante todo el año 2024. La medida responde a una amplia movilización social que incluyó protestas, campañas de firmas, reclamos institucionales y una defensa activa por parte de la comunidad educativa. La iniciativa permitirá que estudiantes de quinto y sexto grado de escuelas públicas participen de experiencias de montaña y nieve que, durante más de dos décadas, formaron parte del calendario escolar barilochense.
La ministra de Educación y Derechos Humanos, Patricia Campos, anunció el retorno con cifras concretas: 1.600 alumnos harán esquí y otros 1.400 realizarán montañismo. Este año se amplió el acceso para incluir a quienes no pudieron participar el año pasado. Campos explicó que el programa “traslada el aula al entorno natural” y destacó la alegría de poder reactivar esta propuesta formativa.
Pero el anuncio no llegó solo. Apenas difundido el comunicado oficial, el gremio docente UnTER Bariloche respondió con un mensaje firme: “Vuelve el derecho a las infancias”, expresaron en sus redes. Docentes, madres, padres y estudiantes sintieron como propio el logro. Lo que parecía perdido, vuelve: el esquí escolar en Bariloche fue reconquistado por la gente. No por decreto. Por presión popular.
Durante 2024, la comunidad se organizó. Hubo sesiones especiales en el Concejo Deliberante, propuestas de ordenanza y solicitudes para que el municipio tomara la posta ante la negativa provincial. Desde el bloque Incluyendo Bariloche se impulsó un marco legal local que garantizara la continuidad del programa más allá de los cambios políticos. Los medios locales como Bariloche Opina y ANBariloche cubrieron cada paso. El tema nunca salió de la agenda.
La suspensión del año pasado impactó fuerte. No fue solo una pérdida deportiva, fue una herida simbólica. En Bariloche, donde la montaña es identidad, dejar a miles de niños sin ese contacto fue leído como un retroceso social. El reclamo no fue solo educativo. Fue cultural.
Hoy, el programa vuelve pero con modificaciones: ya no será parte de los contenidos formales, sino una actividad extracurricular bajo la órbita de la Subsecretaría de Deportes municipal. Esa decisión genera dudas. ¿Quién lo financia? ¿Habrá continuidad?
Una conquista para el esquí escolar en Bariloche
A pesar de los interrogantes, la comunidad celebra. La restitución del esquí escolar en Bariloche es una conquista social. No fue una decisión espontánea del poder, sino la respuesta a una presión sostenida desde abajo. UnTER lo expresó con claridad: “La única lucha que se pierde es la que se abandona”.
Sin embargo, quedan temas por resolver. La limitación a solo dos grados podría dejar afuera a cientos de chicos. También persisten reclamos por pagos adeudados y una incertidumbre sobre la estabilidad del programa a futuro.
El cambio de autoridad de aplicación —de Educación a Deportes— también preocupa. Algunos temen que se pierda el enfoque pedagógico que caracterizó al programa. Otros señalan que cualquier forma de continuidad es mejor que la ausencia total. La tensión entre ambos enfoques seguirá viva.
Más allá de las dudas, esta victoria es clara. Bariloche demostró que la organización popular puede corregir decisiones estatales injustas. El esquí escolar en Bariloche no vuelve por decreto, sino por voluntad colectiva.
Las mochilas se preparan, las botas se ajustan y los esquíes ya esperan en las escuelas. Los chicos y chicas de Bariloche volverán a subir la montaña. Y esa, sin dudas, es una victoria del pueblo.
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