Pocos días atrás se desalojó una familia que desde hace 18 años habita un predio en las afueras de la ciudad. Haciendo uso de una desmedida fuerza, se deja sin vivienda a 5 personas para que un empresario siga explotando recursos naturales. Efectivos de la Policía de Río Negro, llegaron en gran cantidad al predio que hasta hace unos años era Fiscal.
Hace pocos días se comunicaba con la redacción de Bariloche En Redes una familia que estaba siendo desalojada del lugar donde, desde hace casi 20 años, reside. Las imágenes y el relato contribuyen el nuevo estigma que surge desde distintos sectores de la sociedad. Un nuevo desalojo a gente de trabajo que como tantos residentes de esta hermosa ciudad, echaron raíces en suelo fiscal barilochense. Un nuevo desalojo con el Sello de Justicia Rionegrina que va en contra del pueblo y no resuelve cuando se trata de ricos y/o poderosos.
Los medios corporativos ponen la lupa en personas laburantes y aportantes a nuestra economía, planteando situaciones que llevan a la condena por sus condiciones. Sin embargo, esos mismos medios, poco dicen de otras personas, que también siendo extranjeras, cierran caminos y accesos a nuestras bellezas naturales. Será la diferencia que los segundos, lejos de ser trabajadores, son millonarios y/o testaferros de gobiernos imperiales muy lejos de nuestras tierras.
Según el testimonio de un integrante de la familia, Labri Spaulding, cuando ellos llegaron a nuestra ciudad, escapando de una persecución religiosa (tal como se puede leer en la nota del medio español La Voz de Galicia), terminaron en ese predio. Cuenta que el testimonio de Argentino Gomez, al que se reconocía como dueño de Areneras del Sur, lindante al predio, decía que se trataba de un terreno fiscal. La misma versión les fue dada por quien se presentaba como el Administrador del complejo 2 Valles.
Según lo contado, hace unos pocos años desaparece de la escena Argentino Gomez. Tiempo después aparece un tal Leo Desideri, presentándose como dueño de la arenera y del predio donde moran los Spaulding. Lo raro es que durante más de una década, nunca hubo un reclamo. En aquellos momentos, tanto para el propietario de la Arenera como sus convecinos, el lugar en cuestión era un predio fiscal. Sin embargo, las cosas cambian y lo que no era es y lo que ayer era ya no lo es más.
Todo esto precede un largo camino donde las nuevas familias, nativas o que llegan a nuestra ciudad, se encuentran que no tienen acceso a las tierras. Mientras tanto vemos como costas de los lagos y hermosos lugares se cierran al acceso, aún sin título de propiedad alguno.
Incendios de viviendas, aprietes y papeles raramente firmados aparecen para que los emprendimientos inmobiliarios crezcan. Mientras los vecinos y vecinas barilochenses ya ni un alquiler podamos pagar mucho menos podamos comprar o construir.
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Un comentario
Que raro la policía patoteando