La nueva conducción de la UnTER provincial asumió en Choele Choel con un clima cargado de expectativas, urgencias y un fuerte debate interno sobre el rumbo del sindicato. Las resoluciones del Congreso, las declaraciones oficiales y el tono de la flamante Secretaría General anticiparon un punto de inflexión en la vida política del gremio docente, que enfrenta un escenario provincial complejo y una base que exige protagonismo real.
El recambio político que ordena la nueva etapa
El XLII Congreso Ordinario y el CCCLXXXVII Congreso General Extraordinario proclamaron al nuevo Consejo Directivo Central para el período 2025–2028. Laura Ortiz asumió como Secretaria General, acompañada por Mauricio Ovadilla y Gabriela Aguilar. La Lista 4 DAF Multicolor llegó a la conducción provincial tras la elección del 16 de octubre y planteó un mensaje claro: fortalecer la organización colectiva y recuperar derechos que —según expresaron en los documentos oficiales— se deterioraron en los últimos años.
Durante el Congreso, las autoridades delinearon tres urgencias ante el gobierno provincial: paritaria inmediata y recomposición salarial real; derogación de las Auditorías Médicas Privadas; y condiciones dignas y seguras en todas las escuelas. El nuevo Consejo Directivo afirmó que la defensa de la educación pública dependerá de la capacidad organizativa y de la participación real de la docencia en cada territorio.




La nueva conducción de la UnTER provincial y el giro anunciado
En diálogo con Comenzando La Mañana de Bariloche En Redes, Ortiz profundizó sobre el cambio que esperan instalar. Sostuvo que su espacio llega para “volver a recuperar el sindicato para la clase trabajadora” y explicó que las demandas son las mismas que en los últimos años, pero la estrategia será diferente, con más participación y presencia territorial.
Sobre el funcionamiento paritario, fue contundente. Dijo que la conducción saliente “cerró la discusión en lo salarial” y que su sector pretende reabrir el espacio: “Hemos llevado a nuestros congresos un gran pliego de reivindicaciones. Hemos perdido muchísimos derechos y hubo reformas en nuestras tareas laborales que afectan nuestra tarea pedagógica. Necesitamos que la paritaria discuta no solo salarios, sino también política educativa.”
Respecto del panorama salarial, Ortiz fue clara: “Necesitamos una recomposición salarial, no podemos hablar de aumento.”
Y añadió un punto que, según afirmó, preocupa incluso más que lo estrictamente salarial: “La prioridad hoy para la docencia rionegrina tiene que ver con las Auditorías Médicas Privadas, que han avasallado nuestro derecho a la salud. No se cumple la Resolución 233, el mejor régimen de licencias que conseguimos con lucha. El gobierno avanzó con auditorías privadas que vulneran el derecho al cuidado propio y de nuestras familias.”
Ortiz también subrayó que reactivar la militancia y consolidar la afiliación serán tareas inmediatas. Explicó que los descuentos por paro afectaron la participación, pero sostuvo que eso se enfrenta con organización: “Tenemos que sostenernos como colectivo. No es la primera vez que nuestros salarios se ven perjudicados por luchar. Necesitamos recuperar el fondo de huelga y formar a nuestros compañeros y compañeras sobre qué significa militar y ser afiliado.”
El mensaje final del Congreso y el modelo que se redefine
La definición política más fuerte llegó en el cierre del Congreso, cuando se escuchó la frase que sintetizó el nuevo paradigma organizativo: “la conducción no conduce, conducen las bases”. La expresión, celebrada por la militancia, marcó un quiebre conceptual dentro del gremio y funcionó como respuesta a la pregunta que atravesó toda la jornada: quién define realmente el rumbo de la UnTER en esta nueva etapa.
Esa declaración también anticipa un escenario de tensión política. Con un gremio que promete mayor participación, presión territorial y una recuperación de la capacidad de movilización, la relación con el gobierno de Río Negro podría redefinirse en un 2026 que ya se avizora conflictivo. Paritaria, auditorías, condiciones laborales y reformas educativas serán los primeros puntos de choque.
El Congreso dejó así una definición clara y, al mismo tiempo, una tensión abierta. El giro está planteado. Resta ver si este nuevo modelo, basado en la fuerza de las bases, podrá sostenerse en un contexto provincial desafiante y con demandas que exigen respuestas inmediatas.

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