Una jueza de Bariloche le escribió a una niña al reconocer su filiación en un caso de derecho familiar que ha llamado la atención en la región. La resolución, que tuvo lugar en Bariloche, determinó que la niña mantendrá el apellido materno, a pesar de que se reconoció la paternidad biológica del hombre que ella mencionó. Este caso fue el resultado de una demanda presentada por la madre, quien había mantenido una relación con el hombre sin que este reconociera formalmente a la hija.
La jueza de Bariloche reconoce filiación sin imponer apellido paterno
El proceso judicial se centró en el reconocimiento de la paternidad biológica, pero también en garantizar los derechos de la niña. La jueza de familia, al finalizar la sentencia, incluyó un mensaje personal a la menor, agradeciéndole por su colaboración durante la entrevista y deseándole que continúe disfrutando de sus intereses personales. La decisión de mantener el apellido materno se basó en la legislación vigente, que permite no imponer el apellido del padre cuando hay razones justificadas. La jueza consideró que el progenitor había estado ausente durante todo el proceso y que la niña ya había construido una identidad con su apellido actual.
El expediente también reveló que existía una denuncia por amenazas contra el hombre, lo que llevó a una medida de protección. Durante el proceso, se ordenó una prueba genética y se citó al presunto padre, quien no se presentó ni ofreció explicaciones, lo cual fue suficiente para acreditar el vínculo según el Código Civil y Comercial.
La sentencia también estableció una cuota alimentaria provisoria equivalente al 100% de la Canasta de Crianza, que debe ser depositada mensualmente en la cuenta judicial. Antes de dictar la sentencia, la jueza consultó a la Defensoría de Menores, la Fiscalía y el Registro Civil, y ninguno de estos organismos se opuso al reconocimiento de la paternidad ni a la conservación del apellido materno.
Este caso subraya la importancia de considerar la voz y los derechos de los menores en procesos judiciales de filiación, asegurando que sus identidades y deseos sean respetados. La jueza de Bariloche, al escribir directamente a la niña, demostró un enfoque humanitario y sensible en su decisión.
