La adopción plena autorizada por el Poder Judicial de Río Negro reconoció legalmente un vínculo familiar ya consolidado en Bariloche. Un hombre crió durante años a los tres hijos de su pareja como si fueran propios. Los acompañó en su crecimiento, los sostuvo en momentos difíciles y construyó un lazo firme con cada uno de ellos. Desde ahora, los adolescentes llevarán su apellido. La Justicia valoró ese compromiso cotidiano y le dio el lugar legal que le faltaba.
El hombre presentó la solicitud en el fuero de Familia. La madre de los chicos apoyó el pedido. El proceso avanzó sin oposición, ya que el padre biológico perdió la responsabilidad parental en agosto de 2024, por una sentencia firme que ya figuraba en el Registro Civil.
Durante la audiencia, los adolescentes expresaron su deseo de legalizar la relación con quien consideran su verdadero padre. También manifestaron que querían llevar su apellido para sentirse representados.
En la sala estuvieron presentes la madre, la abuela materna y la abogada del solicitante. La Defensora de Menores y la Fiscalía avalaron el trámite. Los informes sociales y psicológicos confirmaron que el hombre participa activamente en la vida de los chicos.
Los especialistas describieron una familia organizada, con roles definidos y vínculos afectivos sólidos. El último informe consignó que los adolescentes solicitaron formalmente un apellido que reflejara su identidad.
La jueza tuvo en cuenta todos esos elementos y dictó la adopción plena autorizada según los artículos 619, 620, 621 y 630 del Código Civil y Comercial. El fallo representa un reconocimiento concreto al amor sostenido, al compromiso diario y a la paternidad elegida. La adopción plena autorizada pone en valor los vínculos afectivos reales, esos que se construyen con presencia, cuidado y decisiones compartidas a lo largo del tiempo.
