Adiós a Alicia Tealdi en un día que marca un cierre para el teatro barilochense. Nos dejó este martes 9 de diciembre de 2025 y su despedida se realiza en el lugar que concentró la etapa más intensa de su vida pública: el Teatro Público de Bariloche. Ese edificio, que atraviesa sus últimos tramos de obra tras una década de gestiones, fue el espacio donde volcó su energía, su convicción y su vínculo más profundo con la comunidad artística. Su trabajo transformó el presente del teatro independiente y abrió un horizonte institucional que la ciudad no tenía.
Una vida dedicada a construir espacios para el teatro barilochense
Alicia Tealdi fue una figura imprescindible para comprender la evolución de la cultura local. Su mirada sobre la gestión cultural estuvo siempre asociada a una idea que defendió con firmeza: el acceso a la cultura como derecho. Desde esa convicción, impulsó procesos que modificaron la infraestructura teatral de Bariloche y consolidó un modelo de participación que fortaleció a la comunidad artística.
Su vínculo con la Asociación Teatrantes comenzó muchos años antes de su llegada a la presidencia. Desde 2015 participó activamente en asambleas, discusiones y proyectos, convirtiéndose en una referente interna incluso sin ocupar cargos formales. Su salto a la conducción se dio en 2021, cuando asumió la presidencia en un momento crítico para la continuidad de la obra del Teatro Público de Bariloche.
Encabezó dos mandatos consecutivos entre 2021 y 2025. Durante ese período, lideró la etapa más compleja y decisiva del edificio: la articulación política, técnica y financiera entre el municipio, la provincia y el Instituto Nacional del Teatro. Ese acuerdo interinstitucional, que durante años había sido esquivo, se concretó bajo su gestión. También acompañó la obra en el terreno, supervisando cada tramo de avance en un contexto económico adverso.
El adiós a Alicia Tealdi en el corazón del proyecto que lideró



El velorio en el Teatro Público de Bariloche no es solamente un gesto simbólico: expresa la dimensión de su legado. Alicia defendió ese espacio en cada reunión, cada gestión y cada etapa de obra. Su capacidad para unir voluntades políticas y sostener el proyecto cuando parecía tambalearse fue determinante para que el edificio llegara a su instancia actual.
En la lectura de su recorrido dentro de Teatrantes, el adiós a Alicia Tealdi también permite comprender su presencia decisiva. Formaba parte de cada decisión importante y su participación era constante en los momentos más exigentes, desde la definición de prioridades técnicas hasta la búsqueda de recursos. En mayo de 2025 aún firmaba convenios en representación de la asociación, señal de su rol activo hasta el final de su mandato.
La reciente elección de Pablo Beato como nuevo presidente marcó una transición formal, pero no disminuyó la influencia de Alicia en la etapa final de obra. Su mirada seguía presente como referencia y guía en las decisiones del colectivo teatral.
El edificio que hoy se despide de ella fue, para Alicia, una causa y un horizonte. Su despedida en ese mismo lugar devuelve un sentido de pertenencia comunitaria que ella promovió durante toda su trayectoria.
Su aporte artístico, docente y documental en la escena regional
Más allá de su rol en la gestión, Alicia Tealdi construyó una trayectoria artística sólida. Actriz, directora y docente, inició su carrera profesional en los años noventa. Formó parte de grupos emblemáticos del teatro independiente, como Presupuesto Cero junto a Pato Moss, con producciones dedicadas al público infantil, y participó en distintos momentos del grupo El Brote, donde el teatro se vincula con la salud mental y los procesos comunitarios.
Como directora, dejó trabajos recordados, entre ellos Bruma del desamparo. Como actriz, llevó a escena obras del repertorio nacional adaptadas al territorio local, como Postales Argentinas, que permanece en la memoria del público y de sus colegas.
Su compromiso con la preservación de la memoria teatral también fue reconocido a nivel nacional. El Instituto Nacional del Teatro la eligió para conducir el ciclo Imprescindibles de la Escena Nacional en la Patagonia, donde entrevistó y documentó la trayectoria de figuras fundamentales como Pablo Otazú. Ese rol confirmó la valoración que sus pares tenían hacia su mirada histórica y su capacidad para narrar procesos culturales.
Para las nuevas generaciones que se formaron con ella, el adiós a Alicia Tealdi no solo refiere a una maestra o a una artista, sino a alguien que entendió el teatro como un proyecto colectivo basado en el trabajo, la memoria y la construcción compartida.
Alicia Tealdi deja una huella inseparable de la historia reciente de Bariloche. Su legado aparece, en este último adiós, unido al Teatro Público de Bariloche, el edificio que impulsó para que la ciudad contara por fin con un espacio propio y digno para la creación artística.

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