Un comunicado difundido en medio de IPROSS ante conflictos intenta contener una situación que, lejos de aclararse, abrió nuevas preguntas en la zona andina. La suspensión de servicios en el HPR y el IMI dejó sin atención programada a quienes dependían de esos centros en Bariloche. Solamente se sostienen urgencias puntuales. Al mismo tiempo, el reclamo millonario del sector farmacéutico genera otra grave situación. El riesgo que la provisión de medicamentos también se vea condicionada si no hay respuestas en el corto plazo.
El corte de prestaciones comenzó el lunes 1 de diciembre y afectó prácticas, estudios y consultas programadas. Ante ese escenario, el IPROSS publicó un comunicado para explicar su postura. Allí señala que los sanatorios “han condicionado la continuidad de las prestaciones a la aceptación inmediata de incrementos arancelarios y cambios en la modalidad de contratación”. Este planteo, según el Instituto, no puede resolverse sin un proceso administrativo previo.
A partir de ese punto, el texto institucional adopta un tono técnico que contrasta con la urgencia real. El IPROSS afirma que las exigencias de los prestadores implican “valores y exigencias que el Instituto considera difíciles de sostener en el tiempo”, una definición que no aporta un horizonte claro sobre la restitución de la atención médica en la ciudad.
“Cualquier modificación de estas características requiere un análisis profundo, procesos administrativos específicos y tiempos razonables para evaluar su viabilidad, garantizando siempre la legalidad, transparencia y equilibrio financiero del sistema.”
Ese pasaje, incluido de forma destacada en el comunicado, reafirma la distancia entre el lenguaje institucional y la situación concreta de miles de personas que hoy no pueden acceder a turnos, estudios o prácticas programadas en dos de los principales prestadores de Bariloche.
El Instituto también menciona que sostiene “una mesa de diálogo permanente” desde octubre y asegura haber presentado propuestas, aunque no detalla en qué consisten. A su vez, remarca que “ha venido sosteniendo la cadena de pagos mes a mes con el prestador”, una afirmación que no coincide con el hecho de que las prestaciones permanecen suspendidas.
IPROSS ante conflictos y el reclamo farmacéutico
Mientras la atención en los sanatorios sigue interrumpida, el conflicto con el sector farmacéutico suma otro nivel de preocupación. El Colegio de Farmacéuticos de Río Negro denunció atrasos superiores a los 45 días y una deuda que ronda los 4.400 millones de pesos. Si no se normalizan los pagos, la entidad evaluará pasar a la modalidad de reintegro, lo que implicaría que cada afiliado deba afrontar el costo completo del medicamento y luego esperar la devolución.
El impacto potencial es alto, especialmente para quienes dependen de tratamientos crónicos o medicación de alto costo. El comunicado del IPROSS, centrado exclusivamente en los sanatorios, no hace referencia a este otro frente abierto, un silencio que profundiza la incertidumbre sobre el plan de medicamentos.
“Agradecemos la comprensión de la comunidad y reafirmamos que estamos plenamente comprometidos en la búsqueda de una solución responsable.”
Así cierra el comunicado oficial. Sin embargo, ninguna de las dos situaciones está resuelta: los sanatorios mantienen suspendida la atención programada y las farmacias continúan en estado de alerta. Con ambos conflictos abiertos, la población afiliada enfrenta un escenario donde la obra social aún no ofrece definiciones concretas.

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