Grave amenaza de recorte con sello provincial
Una fuerte denuncia del gremio del personal de salud advierte sobre que la grave amenaza de recorte está desmoronando la salud pública rionegrina. Esta semana, la organización sindical ASSPUR presentó una nota urgente al ministro de Salud, Demetrio Thalasselis, reclamando respuestas sobre un decreto inexistente, pero cuyas consecuencias ya golpean de lleno al sistema: eliminación de horas extras, adicionales recortados y total ausencia de diálogo.
Desde ASSPUR denunciaron, a través del comunicado, que la salud pública está siendo vaciada por decisión política.
No hay decreto, no hay detalles. Solo se eliminan derechos por WhatsApp.
El ajuste de Weretilneck y la complicidad con el plan nacional
Según lo expresado, la gravedad se profundiza al sumar el contexto nacional: el acompañamiento del gobernador Alberto Weretilneck a las leyes impulsadas por el presidente Javier Milei puso en jaque a la provincia, al habilitar un ajuste que impacta de lleno en las obligaciones indelegables del Estado: la educación, la seguridad y, sobre todo, la salud pública.
Desde este lunes, trabajadores y trabajadoras implementaron protestas, cortes de actividad de 11 a 13 hs, y advirtieron sobre un inminente paro general. La única comunicación oficial fue una frase suelta del ministro: “Se eliminan las horas extras”, sin marco legal ni explicación.
Instagram como trinchera ante el silencio institucional
En ese vacío institucional, el gremio se apoyó en sus redes sociales, particularmente Instagram, donde difundieron en tiempo real las definiciones del conflicto:
- “Nos acusan de no cumplir, pero no auditan. Exigimos auditorías para todos, pero no recortes para algunos.”
- “El gobierno, sin ningún descaro, sigue ajustando. Ahora también en el organismo central.”
- “¡El gobierno es responsable!”
Una crisis con responsables y consecuencias
Desde ASSPUR apuntan sin rodeos a Weretilneck como responsable principal del colapso sanitario en curso. La salud pública no solo fue desfinanciada, sino también maltratada. El personal administrativo —clave para sostener hospitales y prestaciones— quedó fuera de todo beneficio, y ahora también fuera de toda protección.
Defender la salud pública es un deber. Sin salud, no hay derechos. Y sin respuestas, no hay futuro.

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