Un fallo del fuero de Familia de Bariloche privó de la responsabilidad parental a un hombre condenado por golpear a su hijo. La decisión se fundamentó en el abandono sostenido, la ausencia de vínculos afectivos y un antecedente penal incompatible con el cuidado infantil. La condena fue dictada en 2022, tras declararlo culpable de lesiones leves agravadas por el vínculo, cometidas en un contexto de violencia de género en 2018, cuando el niño era apenas un bebé. La jueza interviniente consideró este antecedente crucial para evaluar su idoneidad como figura parental.
El hombre nunca participó en decisiones sobre salud, educación o crianza. No contribuyó económicamente ni mostró intención de establecer un vínculo. Por el contrario, la madre del niño asumió todas las responsabilidades desde el nacimiento, sin contar con apoyo ni contacto del progenitor. Durante el proceso, la magistrada escuchó al niño, quien no mencionó a su padre, reflejando así la inexistencia de su presencia en su vida cotidiana. Los informes técnicos confirmaron que su entorno afectivo está compuesto por su madre y hermanas, con quienes convive desde siempre.
La resolución subraya que la responsabilidad parental no es un derecho adquirido, sino una función que requiere cuidado activo, presencia y compromiso. La falta de vínculo y el acto de violencia en la primera infancia resultaron incompatibles con esta función. La demanda fue iniciada por la madre del niño, amparándose en la normativa que permite la privación de responsabilidad parental en casos de abandono. La magistrada aplicó el artículo 700 del Código Civil y Comercial, que contempla tal medida ante situaciones de desprotección.
La sentencia de primera instancia ordena registrar la medida en los organismos correspondientes. A partir de ahora, el hombre no tiene vínculo jurídico con el niño ni puede ejercer derechos o deberes como padre.
